El funcionario refiere a la iniciativa impulsada por el barón Mauricio de Hirsch y llevada adelante por la Jewish Colonization Association entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando inmigrantes judíos llegaron a Entre Ríos desde de Ucrania, Polonia y Bielorrusia, para iniciar su gesta como colonos dedicados a la agricultura. Huían del terror impuesto por el zar Alejandro II en la “Zona de residencia de judíos ortodoxos”.
La historia y el rico legado de esos pioneros se perciben con fuerza en las escalas del Circuito Judío de Entre Ríos. El modelo de los primeros asentamientos fueron las aldeas rusas de entonces. En las afueras de Basavilbaso, de la primitiva Colonia Lucienville se mantiene en pie desde 1895 la sinagoga-rancho Novibuco I. La primera escala del recorrido por el pasado entrerriano también conserva la sede de Agrícola Lucienville –la primera cooperativa de Sudamérica–, las sinagogas Beith Abraham (ianugurada en 1917) y Tefila L’Moisés (construida en 1912), el Cementerio Israelita de la Colonia N° 1 y la casa de 1898 de León Borodovsky, más conocido como “El gaucho judío”.
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