domingo, 18 de mayo de 2014

–No es la primera vez que trabaja desde la primera persona, con un tono entre íntimo y confesional, pero Carta a un padre se siente como una de sus películas más personales y emotivas, casi un exorcismo. ¿Cuál o cuáles fueron los motivos que lo llevaron a encarar el proyecto y a visitar por primera vez el pueblo de Villa Clara, el lugar donde su padre nació y fue criado?
–Los motivos nunca los tengo claros, debería analizarme y es un poco tarde para empezar, ¿no te parece? Tal vez fue la idea de cerrar esta trilogía de “films de cámara” –un rótulo que imaginé por oposición al cine de espectáculo, así como hay música de cámara y música sinfónica– con algo que calara más hondo en el territorio explorado en los dos anteriores. Apuntes para una biografía imaginaria era un ensamblaje de fragmentos dispersos, vividos o imaginados, que marcaron una vida. Nocturnos era una serie de variaciones, musicales y poéticas, en forma de vagabundeo nocturno, alrededor de la ausencia de una mujer querida y de la imposibilidad de escapar de la memoria. Aquí, es posible que haya empezado cuando se me hizo evidente cuántos más años que mi padre ya he vivido y qué poco sé de él, de lo que lo hizo ser como fue. De allí habrán surgido las ganas de saber de dónde vino, qué fue su infancia, esos años que marcan para toda la vida. Ir, si querés, más atrás, más lejos de mí.
–En algún punto, la figura de su padre se transforma en un enigma que probablemente no tenga solución y el hecho de que haya ingresado en la Marina Argentina le permite “recorrer” el mundo junto a él desde el presente. Pero también le hace preguntarse, en un momento particularmente potente del film, qué hubiera ocurrido si su padre hubiera estado vivo durante los años ’70.
–Esa es la pregunta sin respuesta, el punto ciego de la búsqueda que es el film. Y prefiero, como digo en el comentario, no imaginarlo por miedo a ensuciar mi recuerdo de él, en el caso de que su respeto por las instituciones lo hubiese llevado a justificar lo injustificable. Y está bien que deje la pregunta en el aire, porque todo lo que voy descubriendo en el film resulta un punto de partida para nuevas preguntas, y las más importantes, como en la vida, no tienen respuesta.

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